El
sentido común es aburrido, tibio y oficialista. Ya sabes lo que va a decirte
porque le dice lo mismo a todos. Ordinario, es el aguafiestas de las almas
sensibles y exquisitas, por ser el sedante que adormece el placer de no ser
placentero. Un día lo das por sentado: le abres la puerta para que salga de la
casa y te deje un rato a solas en la fiesta con tus excentricidades poéticas,
melodramáticas, racionalistas, egocéntricas, arrogantes, académicas, creativas,
depresivas, eufóricas, sublimes. Te toca la puerta por días. No le abres: no
regresa.
La
egoteca atormentada está demasiado buena.